viernes, 27 de marzo de 2009

UNA MAÑANA, UN MEDIODIA, UNA TARDE EN BUENOS AIRES

Alejandra Monsalvo

Una mañana, un mediodía, una tarde

en Buenos Aires o en cualquier ciudad que nos pertenezca,

con alguien de la mano

o alguien de los ojos, con un violín en los oídos

paseando a nuestro lado; enamorados

de la vida, del otoño,

valseando en una callada avenida, colonialmente

quieta para nuestro deseo. Una mañana, un mediodía, una tarde

solamente, compartiendo el placer de compartir

amando el placer de amar; atemporales,

con alas de otro mundo, festivos,

sintiéndonos amados, mimados tocados por la magia

de un lugar que nos encanta,

como en un viejo cuento de hadas, con sus carruajes,

sus mediaslunas, sus vertiginosos desenlaces. Embriagados

tras los edificios con cristales transparentes

como nuestra alma

cuando danzamos solitarios, solidarios, con alguien

que se entremezcla en nuestro tiempo o en nuestra memoria

y nos sonríe en Buenos Aires, una mañana, un mediodía

un atardecer o en cualquier ciudad

que nos pertenezca.


(para leer escuchando la obertura “Ein Morgen, ein Mittag, ein Abend in Wien” de von Suppé)





Más Poemas en este enlace

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LLUVIA NOCTURNA

Viviana Kuhn


Como una nave prepotente y majestuosa
avanza la noche con su índigo mal disimulado.
Su mascarón de proa desdentado
es el ruido de la lluvia.

En esa ronca oscuridad cuasi nocturna
se eleva una imagen aún más oscura:
entre los pliegues rancios de un montón de desperdicios
que la ciudad supura
un pibe hurga en mecánica rutina en busca de un tesoro
podrido y olvidado.

Ángel urbano,
que sostenés tu vuelo subterráneo de mil modos:
mordeme las entrañas con tus ojos.
No quiero abandonarte y te abandono.


VK enero 29 2005


Foto: Viviana y Alejandra, estudiantes.

sábado, 21 de marzo de 2009

CONOZCO LA SALIDA, GEORGIE

Hugo Patuto





Hay que desarmar la biblioteca del siglo

y pensar dos minutos en Babilonia.

Enseguida borrar los pasos de Chiclana,

de Nicanor Paredes, de Servando Cardoso

y poner luz en la garganta de Quiroga.

Con la memoria de Funes recuperar los caballos

que denotan al atardecer una fuga perpetua.

Celebrar en Ulises el amor prodigioso,

como si la máscara del amor nos condenara.

Sentir el hambre de la llanura en Acevedo

y los labios de Emma Zunz, vengativos.

Imaginar a Caín lejos de Abel, sin golpes.

Que Dios retorne como pájaro de sombra,

lloviendo secretamente varias lunas

en el gastado camino de los muertos.

Música, fuego y leones para inventar el vino

cerca de Heráclito, de Spinoza, de Whitman,

de Stevenson, de Poe, de Kipling.

A través del aleph espiar al unicornio herido.

Todavía jugar en Islandia con el mar de ceniza.

Conozco la salida, Georgie:

Mañana volaré a Ginebra.


(De "Como podría decirse del viento", Ediciones Kabhalah-Disámara, San Nicolás, 2001)

El Blog de Hugo, orillaenlasangre

Hugo en buhardilladejosé en red

viernes, 13 de marzo de 2009

Afuera estaba la nieve


Daniel Chirom


Lloré
en esa tarde de enero
sentado solo en el andén
con mi boleto a New Jersey.
Afuera estaba la nieve,
yo la miraba apretando entre mis manos
un libro de poesía mugriento.
Y no estaba seguro de encontrarte
mas perderte me causaba miedo,
así es que tomé rumbo incierto.
Me he parado muchas veces
en calles desconocidas creyendo oir tu nombre,
y continúo con esa costumbre por instinto.
Aún llevo conmigo un libro se poesía mugriento.

Del libro Los Atlantes (1979)

miércoles, 4 de marzo de 2009

El Secreto


Raquel Jodorowsky

Ha pasado un siglo.

Un día alguien levantará

una piedra abandonada

para estudiar

el pasado del mundo.

Y ahí debajo, ensombrecido

estará mi poema.

Nadie sabrá repetirlo.

Sobre la tierra, nuevos hombres

nuevos sonidos, nuevos poetas

van trabajando y cantan.

Así mis lágrimas quedarán

en secreto

para siempre.

Y yo estaré feliz, con mi pena sólo mía

en un poema que no puede ya contaminar.

Impronunciada, inexistente

Sólo heredando el peso de las piedras...



(Caramelo de Sal, Lima, Perú. 1981)

("Reúno bajo este título poemas de dulce y amargura. Crueles y tiernos como nuestra época. La poesía que nace en un planeta de harapos y esplendor...")


"Presentación" en este enlace

martes, 3 de marzo de 2009

EL ANDADOR DE TIERRAS Y SUEÑOS

>

Marcelo Marcolin


He guardado barcos, barcos pequeños

que alcé desde el mar de las Antillas

barcos de sueños

que viajan en las tardes de octubre,

los he guardado sigiloso,

además,

he guardado jirafas rojas de cuello corto

tigres de las otras selvas

tarjetas de Navidad / soles en las playas de la lejanía

He guardado ciudades olvidadas

perros en las esquinas / lunas en las ventanas / corpiños en la brisa

soldaditos / camiones / dientes de leche y pororó.

Los he guardado pues voy por la vida

juntando a la vida

rescatando páginas / exiliando soledades.

He guardado los mapas

de un país de piernas largas

y a veces

transito sus caminos

con la frescura que sus paisajes otorga

y otras sé que estoy muy solo

y dejo que los barcos pequeños

las jirafas rojas / los tigres de las otras selvas

las tarjetas de Navidad / los soles en las playas de la lejanía

los perros en las esquinas / las luna por la ventana /

los corpiños en la brisa /

los soldaditos / los camiones / los dientes de leche

y el pororó

jueguen por sus planicies y montañas,

que se zambullan en sus ríos incógnitos

que despeinen sus pasiones

mientras yo contemplo

fumando tranquilo

y haciendo dibujos con mis dedos

en sus huecos más sublimes.



EL VIEJO AUTOMÓVIL DE LOS SUEÑOS (2005)


El Blues de Cris

"Pero siempre está la poesía"

Generacion subterránea de los 80

Un blues para Joselo

Carta

Foto Marcelo y Jose Luis quizá en 1978

domingo, 1 de marzo de 2009

En todos lados se cuecen habas


Anahí Lazzaroni


Algunos poetas me escriben cartas

donde me cuentan que deliran por el lejano sur.

No son pocos los que me imaginan en una casa

construida con maderas claveteadas,

escribiendo sin cesar mientras la nieve cae y cae.

Hasta piensan que suelo estar sentada junto al fuego,

como si fuese un personaje de ciertas novelas decimonónicas,

y me piden que les describa el silencio porque ellos ya no lo recuerdan.

Este mediodía varias calles de la ciudad están cortadas.

Escucho bombos,

voces,

sirenas de patrulleros,

personas que gritan cada vez más alto en medio de la aglomeración.

Por ahí no se puede pasar.



(Primavera de 1999)


2004, A la Luz del Desierto, Ediciones Último Reino

Lazzaroni en Poetasalvolante

Lazzaroni: Una entrevista en Teina de Ruben Arribas