domingo, 12 de junio de 2011

Poema en fuga



Gustavo Silva

Leer el diario en ayunas
tienen sus inconvenientes,
concentrado en la lectura
no alcancé a percibir
como se abría de par en par la ventana;
un viento con su impulso huracanado
hizo saltar todas las letras
se abalanzaron sobre mí en esquirlas
una plaga de mayúsculas y minúsculas
amontonadas mezcladas mareadas
interlineados superpuestos
una ensalada tipográfica sobre mi asombro;
no hubo forma de liberarme de ellas
lucía llamativamente distinto
y me daba aires de hombre letrado

de a poco se fueron desprendiendo de mí
a medida que iban transcurriendo las horas
me abandonaron como hormiguitas fugitivas
con las últimas letras, el azar del viento
armó un poema plagado de palabras hermosas
palabras brillantes y sinuosas
que no decían absolutamente nada
no valía la pena siquiera leerlo,
el mismo viento se encargó de llevárselo
desordenado y hasta con cara de asustado;
una vocal por allí, una consonante por allá
y un signo de interrogación
que aún se niega a irse de aquí

no valía la pena siquiera leerlo
la mirada compasiva de algunos transeúntes
insinuaba que era un poema
extremedamente triste, muy triste;
que buena idea la del viento
llevárselo todo lejos
lejos, muy lejos
por la larga y prolija calle del adiós.

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